El diseño de un local comercial debe entenderse como un contenedor pensado y creado para ensalzar las virtudes de su contenido, el producto y favorecer la convivencia y relaciones humanas en el interior del mismo.
Todo debe estar pensado para favorecer la disposición del producto, las ventas y la experiencia del usuario. Ante cualquier toma de decisiones el contenido siempre se antepondrá al conocimiento.
Por ejemplo, si vendes gafas nuestro objetivo será ayudar a vender muchas gafas. ¿Cómo lo vamos
a conseguir?, diseñando un espacio atractivo, cómodo, funcional y teniendo en cuenta todos los objetivos que se te ocurran; pero siempre pensando y tomando todas las decisiones para que el auténtico protagonista del espacio sea tu producto, en este caso tus gafas, y no nuestro proyecto.
Nuestro trabajo y lo que nosotros vendemos es un medio para alcanza un objetivo y como tal
debemos entenderlo y respetarlo.
Cuando un cliente paga por la arquitectura comercial de su negocio no esta pagando por un local
comercial espectacular y llamativo. En realidad está pagando porque ese diseño interior le ayude a
vender mas, a atraer clientes a la tienda y que estos tengan una óptima experiencia como usuarios.
Está pagando para que entren más comensales en su restaurante, para poder exponer un mayor numero de pantalones en su tienda de ropa o para optimizar el área de trabajo en su oficina.